El gobierno restableció el dólar soja hasta fin de año, con un tipo de cambio diferencial de $230 para la liquidación de divisas del agro.
El pasado 28 de noviembre, el gobierno oficializó el nuevo “dólar soja” a través del decreto 787/2022.
Se trata de la extensión del Programa de Incremento Exportador que había funcionado del 5 al 30 de septiembre de este año, que permite que el complejo sojero liquide sus exportaciones a un tipo de cambio de $230.
Hasta la entrada en vigencia de esta medida, los productores recibían aproximadamente $140 por cada dólar que ingresaban al país como resultado de la exportación de soja, e incluso a un precio menor si se consideran las retenciones a las exportaciones.
Este nuevo dólar llamado “dólar soja 2”, funciona como un incentivo a la exportación y se aplicará a quienes hayan exportado en algún momento de los 18 meses inmediatos anteriores a la fecha. Por su parte, el gobierno pretende generar con las retenciones un mayor ingreso de dólares, con el objetivo de recaudar USD 3000 millones y cumplir con las metas dispuestas por el FMI en cuanto a reservas y déficit fiscal.
Uno de los considerandos del decreto, explicita que “el aumento en la oferta de divisas contribuye a aliviar el impacto negativo en las importaciones locales de la suba en los precios de combustibles y energía que afecta severamente la disponibilidad de reservas externas”, razón por la que se decidió restablecer el dólar soja hasta diciembre.
Cómo funcionará el nuevo dólar soja: punto por punto
Este programa es similar al primero, pero a diferencia de la cotización anterior, que era de $200 por dólar, esta nueva edición funcionará con un dólar a $230 para la exportación de soja y derivados, incluyendo los supuestos de prefinanciación y/o postfinanciación de exportaciones del exterior o un anticipo de liquidación.
Quienes quieran adherirse, deberán inscribirse a través de la AFIP, completando la Declaración Jurada de Venta al Exterior (DJVE), liquidando las divisas en tiempo y forma, con plazo hasta el 30 de diciembre de este año. Solo podrán hacerlo quienes hayan exportado en los últimos 18 meses inmediatos anteriores.
Además, los exportadores deberán “renunciar en forma previa a la promoción de cualquier procedimiento judicial o administrativo cuya finalidad sea reclamar la aplicación de procedimientos distintos a los previstos”.
La medida también indica que la secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca tiene el poder de “ampliar de manera extraordinaria y excepcional los plazos de cumplimiento de las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE)”.
El Decreto 787/2022 explica que lo recaudado será utilizado para “financiar programas que tengan como objeto atender a las economías regionales y cadenas de valor local“.
En este sentido, Sergio Massa expresó que “alinear los incentivos permite fortalecer reservas, generar mayor nivel de actividad en el sector agropecuario y agroindustrial, y además la mayor recaudación que le genera esto al Estado tiene que ser aprovechada de manera virtuosa para tratar de atender las asimetrías o las dificultades que pueda generar el programa en el mercado interno”.
Como último punto, se autoriza a la cartera de Economía a emitir letras en dólares estadounidenses a 10 años hasta un monto tal que “cubra la diferencia patrimonial por las operaciones del presente decreto acaecidas al Banco Central de la República Argentina”.
De acuerdo a los datos de la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, hasta el 16 de noviembre pasado se habían comercializado 31,9 millones de toneladas de soja. Considerando que la cartera agropecuaria estima la producción de la campaña en 44 millones de toneladas, la mercadería remanente rondaría las 12,1 millones de toneladas.
Con el nuevo dólar, los productores tendrán que considerar si aceptan o no la propuesta oficial que permitiría vender soja a un valor aproximado de $85.000 por tonelada.
Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), manifestó: “Vemos a esta nueva condición como una mejora que, aunque sea temporal, tendrá un impacto directo en el precio de la soja en el mercado interno”.
Asimismo, la compañía Portfolio Personal Inversores (PPI) analizó la medida y consideró que es pan para hoy, hambre para mañana: “No es otra cosa que un parche temporal, una vez que el renovado esquema caduque volverá a suceder lo mismo: los incentivos a liquidar serán prácticamente nulos”.