Desde sus orígenes hasta la actualidad, te llevamos en un recorrido a través de la evolución de las subastas, los diversos tipos que existen y las innovaciones que han marcado su desarrollo hasta el día de hoy.
Las subastas, esas ventas organizadas en las que los compradores compiten ofreciendo la mayor cantidad de dinero a cambio de un producto, han sido parte de la humanidad desde hace miles de años.
Como conocedores de este apasionante mundo, en este artículo te invitamos a explorar la evolución de las subastas desde sus comienzos hasta la actualidad.
Antecedentes históricos
Origen de las subastas
El término “subasta” tiene sus raíces en el latín “sub hasta”, que significa “bajo la lanza”, ya que en la antigua Roma se utilizaba una lanza para señalar la distribución de tierras conquistadas por los soldados, marcando así la parcela que les correspondía. Asimismo, la venta de botines de guerra se anunciaba también mediante una lanza y la subasta se llevaba a cabo frente a la misma.
El término inglés “auction” (subasta), proviene del latín “auctio”, que tiene origen también en Roma, debido al aumento de los precios progresivamente a viva voz. De ahí que se considere a este método como una subasta a la inglesa.
Según el economista estadounidense, Martin Shubik, las primeras subastas se remontan al año 500 a.C. cuando el Imperio Babilónico usaba este método para vender mujeres como esposas. En aquel entonces, las mujeres en edad de casarse se reunían en la plaza pública y se procedía a su asignación a los hombres allí presentes, mediante subasta.
Después de la caída del Imperio Romano en el 476 d.C., el sistema de subastas comenzó su declive. Durante la Edad Media, con la llegada del Feudalismo, el comercio se basaba en el trueque, debido a la falta de uniformidad en los valores de las monedas.
No obstante, en el siglo XVIII, tras la Revolución Francesa, las subastas comenzaron a resurgir, llegando a celebrarse a diario en las tabernas. Fue en esta época cuando surgieron las principales casas de subastas, como Christie’s y Sothebys.
Tipos de subastas en la antigüedad
Durante la antigüedad, las subastas se desarrollaron de diversas maneras.
En el Imperio Babilónico, como mencionamos previamente, las subastas se empleaban para asignar a las mujeres como esposas a los hombres presentes. Estas subastas comenzaban con la mujer considerada más bella, y luego se proseguía hasta terminar de asignarles un esposo a cada una.
En la antigua Grecia las subastas se llevaban a cabo para vender esclavos y bienes inmuebles, siendo similares a las de la antigua Roma.
En la antigua Roma se usaban para vender propiedades confiscadas o saqueadas durante las guerras y se realizaban en el foro y otros lugares públicos.
Una de las subastas más famosas llevada a cabo durante el Imperio Romano, fue la subasta del trono en el año 193 d.C., cuando el asesinato del emperador dejó el trono vacante y los senadores romanos lo subastaron entre ellos para encontrar un sucesor. El ganador resultó ser Didio Juliano, con una puja de trescientos millones de sestercios, convirtiéndose en emperador.
Evolución de las subastas
Las subastas evolucionaron a lo largo de los siglos, adaptándose a las necesidades cambiantes de la sociedad.
Edad Media
Durante la época medieval, las subastas eran una práctica no muy difundida, que se utilizaba para la venta de bienes raíces y otros activos valiosos. Los subastadores eran figuras respetadas en la comunidad y las subastas solían celebrarse en plazas de mercado, iglesias e incluso en las puertas de los castillos y cortes reales, dependiendo de la naturaleza de los artículos a subastar.
En la mayoría de las subastas medievales el proceso de puja era abierto y público, en el que los interesados anunciaban sus ofertas en voz alta, compitiendo entre sí por el mejor precio.
Edad Moderna
Durante este periodo, las subastas continuaron siendo una forma de compra y venta de bienes, pero hubo notables cambios en comparación con las subastas de la Edad Media.
La nobleza y la burguesía comenzaron a involucrarse en la compra y venta de obras de arte, joyas y propiedades. Además, surgieron las subastas marítimas, donde se ponían a la venta bienes de barcos y cargamentos llegados de ultramar.
En los siglos XVI y XVII, los célebres Pubs de Londres se convirtieron en lugares de subasta sobre todo para obras de arte. En 1674 se fundó la Casa de Subastas de Estocolmo, la más antigua, que sigue operando hasta hoy.
Con la llegada del siglo XVIII, las subastas cobraron mayor importancia y surgieron las famosas casas Dorotheum en Viena y Sotheby’s, Christie’s, Bonhams y Phillips de Pury & Company en Londres.
También se introdujeron nuevos métodos que hacían el proceso más dinámico, como el martillo que adjudica el bien al mejor postor y la incorporación de límites de tiempo para presentar las pujas. Los franceses, por ejemplo, establecieron que la subasta no se cerraba hasta que se consumieran tres velas, que se encendían después de realizarse cada puja. Si en ese tiempo se realizaba una nueva puja, se encendían dos velas más, y así sucesivamente hasta que se consumían.
Además en este período comenzó a regularse la profesión del subastador y se introdujo el martillo como símbolo de autoridad.
Sin embargo, como ocurre siempre cuando algo comienza a popularizarse, empezaron a surgir prácticas deshonestas. Por esta razón, en 1799 se fundó en Inglaterra la asociación “Select Society of Auctioneers”, con el fin de regular a los subastadores y evitar las prácticas fraudulentas. Para finales del siglo XIX la reputación de los subastadores había mejorado en Inglaterra gracias a esta asociación.
Edad Contemporánea
En la Edad Contemporánea, que abarca desde finales del siglo XVIII hasta la actualidad, las subastas han experimentado una evolución significativa y se han consolidado como un método popular para la compra y venta de una amplia gama de bienes.
Las casas de subastas continuaron creciendo, algunas alcanzando estatus internacional y especializándose en la venta de obras de arte, antigüedades, joyas, objetos de colección y otros artículos valiosos. Además, las subastas se hicieron comunes para la venta de bienes raíces, tanto en eventos públicos como en línea.
Durante el siglo XX, las subastas adquirieron más importancia, extendiéndose a todo tipo de bienes y servicios, desde contratos militares hasta productos como madera, fruta o pieles.
Para 1983, en Francia, los precios estaban determinados por la hora en que se celebraba la subasta, permitiendo a los participantes obtener beneficios comprando cuando abrían las casas y vendiendo a la hora en que más gente concurría.
Con los avances tecnológicos del siglo XXI, las subastas online se convirtieron en una forma común de comprar y vender bienes de todo tipo, introduciendo métodos de puja automatizados y facilitando la participación de compradores y vendedores.
Las subastas en línea, como las que ofrecemos en Adrián Mercado, han democratizado este método, siendo una herramienta valiosa para aquellos que desean participar en subastas desde la comodidad de sus hogares.
Otro tipo de subastas que han ganado popularidad son las benéficas, en las que las celebridades donan artículos para subastar y recaudar fondos para organizaciones sin fines de lucro.
La regulación de las subastas se convirtió en una práctica común en diversos países, y la información sobre las mismas, los resultados y registros se volvió más accesible para todos a través de sitios web y bases de datos en línea.
Tipos de subastas
Ahora que conocemos la historia, veamos qué tipos de subastas existen en la actualidad.
Subastas en sobre cerrado
La subasta en sobre cerrado es aquella en la que los participantes presentan sus ofertas en una única ocasión, de forma privada y sellada. El vendedor luego evalúa las ofertas y selecciona la más alta como ganadora. Este enfoque suele utilizarse en la venta de propiedades y contratos gubernamentales. Dentro de este tipo de subasta existen dos variantes:
- De primer precio: todos los competidores presentan simultáneamente sus ofertas en sobres cerrados. Luego el subastador abre los sobres y anuncia al ganador, es decir, al que hizo la puja más alta. Esta persona debe pagar la cantidad establecida en su sobre. Este tipo de subasta se suele utilizar en la administración pública, mercados de arte, subastas judiciales y adquisiciones de grandes empresas.
- De segundo precio: también conocida como subasta Vickrey. Funciona de forma similar que la de primer precio, con una única oferta en sobre cerrado, pero en este caso, el ganador paga el segundo precio más alto. Estas subastas fomentan una estrategia dominante, en la que los participantes tienden a “decir la verdad”, es decir, pujar por el valor real que asignan al artículo.
Subastas dinámicas
Las subastas dinámicas son altamente competitivas y las que solemos ver en programas de televisión o películas. Aquí los participantes realizan ofertas en incrementos específicos, y la subasta continúa hasta que nadie más está dispuesto a pujar. En estas subastas los postores conocen las ofertas de sus competidores y pueden ir ajustando la suya a medida que avanza. Existen distintos tipos de subastas dinámicas:
- Dinámica ascendente (inglesa): comienza con un precio mínimo de puja o ninguno, que los postores deben ir superando. El ganador es quien ofrece la cantidad más alta.
- Inglesa descendente (inversa): es similar a la ascendente, pero mientras que en esa hay varios compradores y un único vendedor, en la descendente se invierten los roles y solo hay un comprador y varios vendedores.
- Descendente (holandesa): se inicia con un premio máximo que se va reduciendo por etapas. El postor que primero acepta el precio anunciado se lleva el bien. Existe también una versión ascendente de la subasta holandesa, donde el precio aumenta en lugar de disminuir.
- Subasta americana: todos los postores deben pagar la oferta que hacen, pero solo el mejor postor se lleva el producto. Las ofertas aumentan hasta que se acaba el tiempo o nadie más puja. El último postor se lleva el bien por el precio de su última oferta, pero todos los participantes deben pagar la cantidad pujada, independientemente de si ganaron o no. Aunque es un método interesante, no se utiliza actualmente.
Subastas online
En la era digital en la que vivimos, las subastas online se han vuelto muy populares, ya que permiten participar a los compradores y vendedores de todo el mundo. Desde artículos de colección hasta los cotidianos, prácticamente todo se puede vender y comprar en línea con un simple clic.
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La información es encriptada y solo se encuentra disponible para el organizador de la subasta. Este método es una forma conveniente y eficiente de comprar y vender distintos productos.
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