Pesca Sostenible: Equilibrio entre desarrollo y conservación
Pesca Sostenible Equilibrio entre desarrollo y conservación
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Pesca Sostenible: Equilibrio entre desarrollo y conservación

¿Es posible lograr que la pesca sea rentable sin dañar el ecosistema marino? La pesca sostenible propone justamente eso: un modelo que combina productividad con responsabilidad ambiental.

En este artículo exploramos cómo el sector puede crecer sin agotar los recursos del mar, abordando los beneficios económicos de las buenas prácticas, el rol clave de las regulaciones y las innovaciones tecnológicas que están transformando la actividad.

Acompañanos a descubrir por qué la sostenibilidad no es solo un compromiso ambiental, sino también una apuesta inteligente para el futuro de la industria.

El equilibrio entre negocio y conservación: Un desafío esencial

Encontrar un punto de equilibrio entre la rentabilidad de la pesca y la protección de los ecosistemas marinos es fundamental. La pesca sostenible propone una gestión responsable de los recursos marinos que permita mantener la actividad en el tiempo, sin llevar al colapso a las especies ni a las comunidades que dependen de ellas.

Según el último informe de la FAO (2023), el 34,2% de las poblaciones de peces evaluadas en el mundo están sobreexplotadas, una cifra que ha crecido respecto del 30% de años anteriores. Esta tendencia pone en riesgo la seguridad alimentaria, la biodiversidad y las economías locales.

En Argentina, la situación tiene particular relevancia: la industria pesquera genera más de 2000 millones de dólares en exportaciones al año y es fuente de empleo directo e indirecto para miles de personas, especialmente en comunidades costeras como Mar del Plata, Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia.

Un ejemplo histórico que ilustra las consecuencias de la falta de gestión sostenible es el colapso de la pesquería de bacalao en Terranova (Canadá) en 1992. El agotamiento del recurso, producto de décadas de sobrepesca y escasa regulación, dejó sin trabajo a más de 40.000 personas y provocó una crisis económica y social de la que aún hoy se sienten sus efectos.

Estos casos evidencian que la sostenibilidad es una condición imprescindible para la continuidad del negocio pesquero.

El equilibrio entre negocio y conservación Un desafío esencial

Cuidar el mar es también proteger el trabajo de millones que dependen directamente de su equilibrio.

Beneficios económicos de la conservación marina

Adoptar prácticas sostenibles permite mantener la productividad de las pesquerías, evitar crisis futuras y mejorar la competitividad en los mercados internacionales. Lejos de ser un costo, la sostenibilidad genera valor económico, social y reputacional.

A continuación, algunos datos que lo demuestran:

  • Mayor valor en mercados internacionales: Las pesquerías certificadas por el Marine Stewardship Council (MSC) pueden aumentar hasta un 23% su valor de mercado, gracias a la creciente demanda de productos con trazabilidad y garantías ambientales. Esto posiciona mejor a los exportadores en países como Alemania, EE. UU. o Japón.
  • Seguridad y estabilidad laboral: A nivel global, el 90% de las personas empleadas en la pesca se desempeña en el sector artesanal, directamente afectado por la salud del ecosistema marino. Un mar sobreexplotado pone en riesgo no solo los recursos, sino miles de empleos.
  • Rentabilidad a largo plazo: La inversión en sostenibilidad es rentable. Proyectos que incluyen la modernización de embarcaciones, mejoras tecnológicas y sistemas de monitoreo generan retornos anuales estimados entre el 8% y el 12%, según el Banco Mundial.
  • Mejora en la competitividad regional: Las zonas que adoptan estrategias de manejo responsable tienden a acceder con mayor facilidad a programas de financiamiento internacional, cooperación técnica y acuerdos comerciales con cláusulas ambientales.
  • Reducción de riesgos económicos: Evitar el colapso de especies comerciales clave implica evitar interrupciones drásticas en las cadenas de valor.

El caso argentino muestra que la sostenibilidad también tiene impacto directo en economías locales:

  • En Mar del Plata, el principal puerto pesquero del país, la actividad pesquera representa más de USD 500 millones anuales. Iniciativas como “Pesca Argentina Sustentable” han permitido mejorar las condiciones de trabajo, fomentar la trazabilidad y abrir nuevos mercados.
  • En Patagonia, donde el langostino es una de las principales exportaciones, la gestión sostenible permitió mantener la certificación internacional, lo que derivó en mejores precios y estabilidad laboral en localidades como Puerto Madryn y Rawson.

Regulaciones ambientales: Un marco para la sostenibilidad

Las normas no son un obstáculo para el desarrollo pesquero, sino una herramienta clave para garantizar su futuro. Las regulaciones ambientales orientan la actividad hacia un uso responsable de los recursos marinos, previenen la sobreexplotación y promueven prácticas más equitativas y eficientes.

Uno de los pilares internacionales es el Código de Conducta para la Pesca Responsable de la FAO (1995), que establece principios básicos para una pesca que sea al mismo tiempo productiva y respetuosa del ambiente. Este marco ha sido adoptado y adaptado por múltiples países, incluyendo Argentina.

¿Qué se hace en Argentina?

En nuestro país, algunas de las principales acciones de regulación incluyen:

  • Vedas dinámicas: Aplicadas en tiempo real, especialmente para especies como la merluza hubbsi, en función de la captura incidental de juveniles. Esta medida reduce el impacto sobre las poblaciones en crecimiento y mejora la sostenibilidad a largo plazo.
  • Monitoreo satelital obligatorio: A través de la Plataforma SIMAP (Sistema de Monitoreo de Actividades Pesqueras), el Estado argentino controla la posición, velocidad y actividad de toda la flota pesquera en tiempo real, lo que permite detectar maniobras sospechosas o pesca en zonas prohibidas.
  • Cuotas de captura y permisos: Las especies más comerciales, como langostino, calamar y merluza, están sujetas a cuotas máximas de captura, ajustadas anualmente en base a estudios científicos del INIDEP (Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero).

El contexto internacional

A nivel global, 73 países ya cuentan con planes activos para combatir la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), una de las principales amenazas a la sostenibilidad pesquera. Estas medidas incluyen desde controles portuarios y trazabilidad obligatoria hasta acuerdos multilaterales de vigilancia y cooperación técnica.

Las regulaciones también contribuyen a:

  • Aumentar la trazabilidad y asegurar al consumidor que el pescado proviene de fuentes legales y sostenibles.
  • Proteger la biodiversidad marina, limitando la pesca de especies vulnerables o en peligro.
  • Establecer reglas claras de competencia, que previenen el colapso de los recursos comunes y evitan la “carrera por pescar primero”.

Regulaciones ambientales Un marco para la sostenibilidad

La actividad pesquera en Mar del Plata es motor económico y, con apoyo de proyectos sustentables, también impulsa mejoras laborales y comerciales.

Tecnologías sostenibles: Innovación para el futuro

La tecnología es un aliado fundamental para transformar el sector y hacerlo más eficiente, rentable y amigable con el ambiente. Hoy existen múltiples herramientas tecnológicas que permiten reducir el impacto ecológico de la actividad pesquera sin comprometer su productividad. Algunas de las más relevantes incluyen:

  • Acuicultura de nueva generación: Los Sistemas de Recirculación Acuícola (RAS) permiten criar peces en tierra firme con un uso de agua hasta un 40% menor que los sistemas tradicionales, al mismo tiempo que reducen los residuos y el riesgo de enfermedades. Esta tecnología es clave para disminuir la presión sobre los océanos.
  • Artes de pesca selectivas: El rediseño de redes, como las de malla cuadrada o los dispositivos excluidores de tortugas (TED), permite una pesca más precisa, reduciendo la captura incidental de especies no objetivo en hasta un 35%.
  • Trazabilidad digital y blockchain: En mercados exigentes como Estados Unidos y la Unión Europea, cada vez se valora más saber de dónde viene lo que comemos. Tecnologías como blockchain aseguran la trazabilidad completa del pescado desde el mar hasta el plato, como ya ocurre con el salmón en Alaska.
  • Monitoreo satelital e inteligencia artificial: La combinación de imágenes satelitales, sensores remotos y algoritmos de IA permite detectar zonas de pesca ilegales, predecir movimientos de cardúmenes y ajustar rutas de pesca en tiempo real.

Tecnologías sostenibles Innovación para el futuro

La acuicultura consiste en producir alimentos del mar en entornos gestionados, sin depender únicamente de la pesca extractiva.

A continuación, se resumen algunas de las principales tecnologías sostenibles aplicadas a la pesca y la acuicultura, junto con sus funciones y beneficios concretos:

Tecnología Función principal Ventaja
Redes selectivas (ej. TED) Reducir captura incidental Hasta 35% menos de especies no objetivo
RAS (acuicultura recirculante) Criar peces con menos agua y mayor control sanitario Hasta 40% menos consumo hídrico
Blockchain Trazabilidad desde origen hasta consumidor final Mayor transparencia
IA + sensores satelitales Detectar zonas ilegales y mejorar eficiencia operativa Optimización de rutas y control en tiempo real

Desafíos y oportunidades: El camino por delante

La pesca sostenible no está exenta de obstáculos. Uno de los principales es el cambio climático, que modifica la temperatura de los océanos, altera los patrones migratorios y afecta la reproducción de especies clave. A esto se suman las limitaciones económicas y técnicas que enfrentan muchos países en desarrollo, donde los recursos para implementar controles y tecnologías sostenibles son escasos.

Además, la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) continúa siendo una amenaza latente para la sostenibilidad global, generando competencia desleal y presión sobre los recursos.

Sin embargo, frente a estos retos, también se abren oportunidades concretas:

  • Acceso a mercados de alto valor: Cada vez más consumidores, especialmente en Europa y América del Norte, exigen productos certificados como sostenibles. Las etiquetas como la del Marine Stewardship Council (MSC) no solo garantizan buenas prácticas, sino que pueden aumentar el valor comercial de los productos pesqueros y diversificar destinos de exportación.
  • Modelos exitosos que pueden replicarse: En Yucatán, México, la pesquería de langosta logró la certificación MSC y, tras una década de manejo responsable, los stocks aumentaron un 62%, generando beneficios económicos y ecológicos.
  • Participación ciudadana y tecnología accesible: Hoy existen apps móviles, etiquetas QR y plataformas interactivas que permiten al consumidor saber si un producto proviene de una fuente responsable. Iniciativas como las de Ocean Wise ayudan a transformar los hábitos de compra y generan presión positiva sobre el sector.

En definitiva, los desafíos existen, pero con voluntad política, cooperación internacional y participación activa del consumidor, la pesca sostenible puede consolidarse como un motor de desarrollo y conservación.

Desafíos y oportunidades El camino por delante

Conclusión: Un futuro rentable y responsable

La pesca sostenible no es una meta lejana, sino una estrategia concreta que permite equilibrar la rentabilidad económica con la protección de los ecosistemas marinos. Con regulaciones efectivas, tecnologías innovadoras y cooperación entre distintos sectores, es posible construir una industria pesquera más sólida y duradera.

Los datos demuestran que cuidar los océanos no solo conserva la biodiversidad, sino que también fortalece el empleo, asegura la disponibilidad de alimentos y promueve el crecimiento económico.

La sostenibilidad, lejos de ser un obstáculo, representa una oportunidad para redefinir el desarrollo con una mirada de largo plazo.

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