El grano se convirtió en el principal producto exportado
A la hora de pensar en nuestro país como una gran industria que tiene proveedores y clientes, seguramente nuestra geografía hace pensar rápidamente, que el campo es uno de los motores económicos con los que contamos para hacer frente a los compromisos comerciales que adquirimos. Siguiendo esa línea de razonamiento, como en todo negocio, uno siempre tiene el producto que le deja mayores ingresos. En el caso de nuestro país, la soja es la reina del comercio exterior de Argentina. Lidera este ranking con un 27% de los bienes que vendemos. En segundo lugar, se encuentra el maíz con una representación del 11%. El podio lo completa el sector automotor con un 8% del negocio.
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Claro está, que para que la soja sea la reina del comercio exterior de Argentina, necesita de aliados y socios que confíen en ella. En este caso, las buenas relaciones comerciales con el vecino Brasil, seguido de China y Estados Unidos hacen sostener el negocio. Con un sabor agridulce ya que en algún punto el Coronavirus presentó un freno a la actividad comercial y con eso, un techo cercano y alcanzable a las expectativas comerciales del campo. Sin eso, seguramente los números hubieran sido más auspiciosos, aunque en definitiva, no están del todo mal tampoco. Considerando el contexto, es un buen augurio lo que está sucediendo. Con el valor del producto subiendo y ante la creciente demanda, el precio se puede defender de una mejor forma llegando así a la cotización que hoy en día tenemos. Es clave entender que si no se puede vender toda la capacidad productiva, al menos que lo que se comercializa sea con la mayor rentabilidad posible. Eso sin dudas que fue y es una premisa en la mesa de negociación, por lo que el balance en definitiva termina siendo positivo.
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