Desde la fijación de precios hasta la promoción de nuevos artistas, te contamos cómo influyen las subastas en el mercado del arte contemporáneo.
El mercado del arte entendido en la forma moderna se consolidó en el siglo XVII, con el auge de la burguesía centroeuropea. En regiones como Flandes y Holanda, el progreso de comerciantes, abogados y funcionarios propició un florecimiento de la producción artística.
Antes de que las grandes casas de subastas como Christie’s o Sotheby’s dominaran la escena, eran los marchantes los que se encargaban de comercializar las obras.
Aunque en la actualidad muchos de los aficionados al arte adquieren las pinturas a través de galerías, contactos de familiares o artistas amigos, las subastas mantienen su rol central en la conexión entre artistas y coleccionistas, como veremos en este artículo.
Cómo funcionan las subastas de arte contemporáneo
El proceso de una subasta
Las subastas de arte suelen ser eventos públicos en los que cualquier persona interesada puede participar.
Las casas de subastas comienzan seleccionando las obras de arte que se venderán. En el caso del arte contemporáneo, además de pinturas o esculturas, pueden ser videos, fotografías o arte digital.
Varias semanas antes de la subasta, se publica en línea un catálogo con estas obras para que los posibles compradores las examinen. Además, durante los días previos a la subasta los interesados pueden asistir a la exposición física de las obras.
Al comenzar la subasta, el martillero anuncia el precio de salida y los participantes ofrecen pujas, compitiendo entre sí para obtener la pieza, hasta que finalmente se vende al mejor postor.
La casa de subastas debe entregar al comprador un contrato de compra donde especifique el precio acordado, junto a un certificado de autenticidad de la obra. Además, debe indicar los derechos de reproducción de la pieza.
¿Cómo pueden realizarse las pujas?
- En la sala de subastas: para esto es necesario registrarse y ofrecer la puja en el momento oportuno. Esta es una experiencia emocionante que vale la pena vivir en persona.
- Por teléfono: también hay que registrarse e indicar las piezas que son de interés antes de que comience la subasta. Luego un colaborador hace la llamada al participante minutos antes de que la pieza salga a subasta, para que comunique sus pujas.
- Por internet: en los últimos años surgieron las subastas online a través de las cuales pueden hacerse pujas instantáneas.
- Puja silenciosa: se puede dejar a la casa de subastas por escrito la cantidad máxima por la que uno está dispuesto a pujar para conseguir la obra.
- A través de un representante: si no es posible acceder a ninguno de los métodos anteriores, se le puede pedir a un agente que actué en representación.
En el mundo existen cientos de casas de subastas, especialmente en las capitales del arte, como París, Londres, Nueva York y Hong Kong.
Los tipos de subastas
En el mundo de las subastas, nos encontramos con una amplia variedad de opciones. Las subastas presenciales son las más conocidas, donde los compradores participan en persona o a través de licitaciones telefónicas. Las subastas online han ganado popularidad en el último tiempo, permitiendo que los interesados de todo el mundo participen desde la comodidad de sus hogares.
Existen al menos tres tipos de subastas diferentes:
- Subasta inglesa: es la más común en el mercado del arte. Consiste en una subasta abierta en la que los participantes compiten entre sí para pujar por el precio más alto y asegurar su compra, a partir del precio inicial que establece la casa anfitriona.
- Subasta holandesa: este tipo de subasta funciona a la inversa de la inglesa. Aquí el subastador establece el precio máximo y espera a que los participantes acepten la oferta.
- Subasta a sobre cerrado o a ciegas: los postores presentan sus ofertas de forma anónima frente a sus competidores, sin la posibilidad de modificar su oferta después, generando una competencia discreta pero emocionante.
Los precios de las subastas
Uno de los aspectos más intrigantes de las subastas de arte son los precios alcanzados al final, que pueden variar ampliamente según la demanda del mercado, la notoriedad del artista y la calidad de la obra.
Algunas piezas alcanzan cifras astronómicas, mientras que otras son más accesibles.
Veamos algunas de las obras de arte más caras que se vendieron en subastas famosas.
Encabeza la lista la obra de Leonardo da Vinci, Salvator Mundi, vendida en Christie’s de Nueva York en el 2017, por una impresionante suma de 450.3 millones de dólares.
Las mujeres de Argel (versión 0), óleo de Pablo Picasso, se vendió a 179.4 millones de dólares en 2015, también en Christie’es de Nueva York.
La obra de Amadeo Modigliani, Desnudo Acostado, no se quedó atrás, alcanzando la suma de 170.4 millones de dólares en el 2015, marcando otro hito en Christie’s, Nueva York.
Otra icónica subasta fue El Grito, de Edvard Munch, que se vendió por 119.9 millones de dólares en el 2012 en Sotheby’s, Nueva York.
Poner link del artículo de cómo verificar la autenticidad de los artículos en las subastas
El impacto de las subastas en el mercado del arte
La fijación de precios
Las casas de subastas determinan el precio mínimo de las obras basándose en aspectos tales como la técnica, temporalidad, notoriedad del artista, la demanda de sus obras en el mercado, el estado de conservación de la pieza y todo el esfuerzo que implica hacer una subasta para la casa y sus trabajadores.
Sin embargo, aunque se tenga un estimado máximo para lo que puede llegar a salir una obra, los precios pueden superar expectativas, romper récords y sorprender con ofertas inesperadas.
Así es que las subastas tienen un impacto significativo en el mercado del arte contemporáneo, ya que los precios se vuelven una referencia para artistas y coleccionistas, influyendo en la percepción del valor de las obras de arte.
Además, las obras que se venden a precios más elevados, pueden atraer la atención mediática y aumentar el prestigio de un artista. Se trata de un fenómeno en el cual el valor va más allá del precio, influyendo directamente en la cultura.
La promoción del arte
La promoción del arte contemporáneo es otro aspecto fundamental en el contexto de las subastas, al promover la difusión y reconocimiento de nuevos artistas.
Los catálogos y eventos de subastas son grandes oportunidades para que los artistas exhiban sus trabajos a una grande y variada audiencia.
Por otra parte, los resultados de las subastas pueden generar interés en las obras de un determinado artista, abriéndole las puertas a participar en nuevas exposiciones y brindándole nuevas oportunidades.
El 2022 en particular fue el año en el que el mercado del arte batió todos los récords. En la subasta de la colección de Paul Allen en Nueva York, se superaron los 1600 millones de dólares. Este evento no solo estableció un récord sino que dio cuenta de la prosperidad del mercado artístico.
La liquidez
La liquidez es otra faceta crucial en el mundo del arte, que encuentra en las subastas un medio para que los vendedores transformen sus obras en dinero de una forma más rápida y eficiente en comparación a las ventas privadas.
La liquidez que ofrecen las subastas contribuye a la dinámica del arte contemporáneo, permitiendo a los coleccionistas reinvertir en nuevas obras y mantener en movimiento el mercado.
La globalización y el desarrollo de las comunicaciones han aportado una mayor liquidez, al contribuir a que fueran apareciendo más compradores potenciales en regiones como Asia, Medio Oriente y América Latina, democratizando el acceso al arte y rompiendo con la exclusividad que había hasta hace algunas décadas, cuando solo algunos pocos en Estados Unidos y Europa podían acceder.
En síntesis, las subastas no solo siguen siendo ampliamente utilizadas para la venta de obras de arte, antigüedades, y otros artículos, sino que tienen una gran influencia en el mercado artístico actual. Si sos un apasionado del arte contemporáneo, te recomendamos mantenerte al tanto de las subastas para seguir de cerca este emocionante universo.